Aprender a leer y escribir, una herramienta imprescindible
En el marco del Programa de Alfabetización Rural, se realizó el acto de graduación el pasado 30 de agosto para los 34 trabajadores rurales de la empresa La Moraleja fundada por Angel Sanchis, quienes culminaron con el proceso de aprendizaje iniciado a principios de junio.
Durante el acto en el que se entregaron certificados a los que finalizaron la alfabetización, estuvieron presentes el Delegado provincial de RENATRE, Gonzalo Caro Dávalos, la coordinadora del equipo de Igualdad de Oportunidades y Género de la UATRE, Gabriela Frenchi, y el Jefe de Recursos Humanos de La Moraleja, Jorge Galeano, y Angel Sanchis, director de la compañía.
El propósito del PAR es desarrollar una acción intensiva de alfabetización en el ámbito de la población rural, con el fin de mejorar la calidad de vida de los trabajadores y promover su ingreso al mercado formal del trabajo en condiciones de igualdad.
Para Juan Luis, uno de los participantes del Programa, fue muy trascendental en su vida: “Aprendí matemática, aprendí a dividir y a multiplicar. Aprendí todo lo que hay que aprender como corresponde, para poder hacer las compras y los trámites”.
Trabajadores rurales de las comunidades originarias Wichís, Tobas y Pilagás se anotaron en el PAR para realizar el proceso de alfabetización que les permite contar con herramientas imprescindibles. Quienes fueron capacitados son cosecheros (migrantes) que viven en la Provincia de Formosa y al Norte de la Provincia de Salta.
La educación de las personas que han aprendido a leer y escribir, se desarrolló en las aulas de La Moraleja, dirigida por Ángel Sanchis.
El curso consistió en 30 clases, 30 horas de dictado de las mismas, es decir, las clases que originalmente estaban pensadas con una duración de 1.30 hs, y 20 clases, pasaron a ser de 1 hora de duración y en reemplazo de 20 clases, se dieron 30 clases para compensar la totalidad del horario programado.
En esta edición se inscribieron en el programa 50 personas y ha sido aprobado por 34 de ellas. Las 16 personas restantes no pudieron concluir el curso porque no regresaron a sus puestos de trabajo.
Según testimonios de Angel Sanchis, gracias a los dos procesos de alfabetización realizados por La Moraleja, 94 personas pudieron concretar el aprendizaje de la lectoescritura.